Museos de arte Religioso

Capilla de la Vera-Cruz

En su interior se encuentra la obra escultórica que representa la fidelidad a Cristo en los momentos de mayor dificultad. El encomendero Pedro Ruíz de Mancipe invirtió lo que pudo en esta obra dorada y pintada en oro. Obra del escultor sevillano Bautista Vásquez, en la que ángeles en la base del gran cuadro, arabescos y flores en el nacimiento de las columnas estriadas, conforman el retablo; pinturas sobre la pasión de Cristo del artista italiano Angelino Medoro, del colombiano Vásquez y Ceballos y otros, enriquecen la colección de las paredes.

Catedral de Tunja

El último monumento gótico de su tiempo

La Catedral Basílica de Santiago de Tunja es una de las dos catedrales del siglo XVI que existen en América (la otra es la de Santo Domingo, La Española). La de Tunja es obra de Bartolomé Carrión, típica del renacimiento, pues su portada renacentista imita formas clásicas griegas y romanas, y exalta al individuo con las esculturas de la Virgen María, San Pedro y San Pablo. El historiador Enrique Marco Dolta la calificó como “la más bella obra que la arquitectura del Renacimiento produjo en Colombia”.

 Ø La Cúpula: Su altura imponente exhibe colores de diversas gamas azules, sobre las que se plasmó la triunfante ascensión de Jesús resucitado, el sagrado corazón expuesto y una corte de ángeles. La ilustración que corona la cúpula recibe la luz de seis ventanales que conforman el cuerpo del domo, decorado con pinturas de los evangelistas del maestro Ricardo Acevedo Bernal.

Ø El Expositorio: Aquí se guarda la custodia más alta del Nuevo Reino, de un metro con diez centímetros. Es una obra de oro y de más de mil piedras preciosas. Pedro Caballero, famoso tallador del siglo XVII, es el artífice de su majestuosidad. El arte religioso de la época era considerado como una manera de expresar la grandeza de Dios.

Templo de Santo Domingo

El altar mayor de Santo Domingo es una expresión artística de catequesis que expone a la mirada de los espectadores las obras de Cristo a través de los dominicos que llegaron a la santidad o los que fueron mártires. La orden de predicadores, fundada por Santo Domingo de Guzmán, plasmó en este Templo  el carisma de la orden que consiste en predicar. Aquí los Dominicos además de catequizar a los indígenas, enseñaron por primera vez latín e impartieron estudios superiores para el desarrollo intelectual de la juventud.

Capilla de Nuestra Señora del Rosario

De acuerdo con la tradición, Domingo de Guzmán –en un éxtasis espiritual- recibió el santo rosario para conseguir la conversión de las almas. La Capilla del Rosario exhibe los misterios de la vida de Jesús, esculpidos en un ambiente natural, recreado por guirnaldas, vegetales y otras inspiraciones de la naturaleza, en oro, que reflejan la influencia indigenista en fusión con el estilo recargado del barroco; en medio del altar se encuentra la estatua de la Virgen del Rosario importada de España. Ha sido considerada como “la Capilla Sixtina del Arte Hispanoamericano”.